Rosella es una artista tanto performativa como plástica que induce al espectador hacia el misticismo y la introspección. Su carreara se nutre de rituales que ella elabora, incluida la práctica de la pintura misma la cual se convierte en un acto de expresión individual. Matamoros se avoca hacia el expresionismo abstracto, estilo que explota la sensibilidad matérica y espiritual del artista. se ha de subrayar que la artista, al ser también performativa, no solo usa su pincel para crear las obra, usa a la vez el movimiento corporal; sobre todo cuando el estado mental y emocional del cuerpo se traduce en distintas modalidades de aplicar la pintura y el pigmento. La obra de Matamoros se caracteriza por ser el resultado de una práctica corporal, una reflexión anímica y un estado de apreciación.