El barroquismo de las obras de Lydia Dona se construye a partir del entrecruzamiento y el palimpsesto entre diferentes elementos visuales que provienen de los campos de la tecnología, la filosofía y la política. Así, sus obras utilizan planos e instrucciones de” uso de electrodomésticos” como referencia para iniciar sus composiciones para luego agregar a la canvas mapeos, yuxtaposición de colores y líneas que asemejan territorialidad; el resultado es un paisaje que ella califica como “biomorfico ̈, un escenario que es tanto tecnológico como humano. Las obras de Dona incitan al espectador a imaginar los posibles mundos que sus obras representan, al hacerlos se nota que sus pinturas no se alejan del mundo en el que ahora vivimos, en los cuales la tecnología dibuja mapas, regula relaciones humanas, y se convierte en un organismo de autonomía propia. Dona reside y trabaja en Estados Unidos, donde es una de las representantes de la post-abstracción. Sus obras se han expuesto nacional e internacionalmente, y se han utilizado por parte de escritores como referencia para múltiples textos teóricos y filosóficos.