Priscilla Monge aparece en escena artística nacional e internacional en la década de los noventa como una de las principales representantes centroamericanas de la vertiente artística del postmodernismo. Sus obras toman postura en la cual el género, las relaciones interpersonales y los anhelos individuales se encuentran en un constante diálogo con las reglas y normas de la sociedad; reflejando así las ironías y los conflictos de nuestra colectividad. Si bien su carrera artística empieza utilizando el medio de la pintura, pronto descubre en el uso de objetos y en la fotografía una lógica interna que le permite extender sus motivaciones. La fotografía, especialmente desde el año 2000, ha sido una de sus predilectas formas de expresión, ya que le permite escenificar “simulacros” de eventos cotidianos teñidos tanto de melancolía como de humor; extrañamiento que ofrece al espectador un signo de interrogación hacia las complejidades que están detrás de sus fotografías; las razones y las causas de su quehacer. El amplio reconocimiento de Monge le ha llevado ha exponer en múltiples bienales alrededor del mundo, formando parte del grupo de artistas que representan la escena artística contemporánea de nuestro país.